Madre M. RiccardaServa di Dio
MADRE MARÍA RICCARDA BEAUCHAMP HAMBROUGH, O.SS.S.
Nace en Londres el 10 de septiembre de 1887 y realiza sus primeros estudios en el colegio de las Hermanas del Sagrado Corazón en Inglaterra, donde frecuenta también cursos de canto y de música. Conoce la experiencia de la Beata Isabel a través del Padre Benedicto Williamson y en el 1914 la encontramos en Roma para quedarse definitivamente al lado de la Beata Isabel, de la que será una fiel discipula y compañera en todos los cambios que tuvo en la ciudad de Roma y en el extranjero. En el 1918 hace su Profesión perpetua en la casa de Via Corsica; acepta varios mandatos de responsabilidad de manera que en 1923 la encontramos en Estocolmo para la inauguración de la primera Fundación Brigidina en Suecia, después de la Reforma protestante. Regresa a Roma en 1924 y en el 1931 se traslada de la casa en Via delle Isole a la casa de Plaza Farnese donde vivió hasta su muerte.

Desde el 1931 hasta el 1966 la Sierva de Dios, aún en el silencio y en la constante atención y cuidado a la Madre, se convierte junto con ella, en la auténtica protagonista de la vida y de la expansión de la nueva familia brigidina. En 1935 se encuentra de nuevo en Suecia para la inauguración de la casa de Vadstena; junto a Madre Isabel se presentan ante el Santo Padre Pio XII para la aprovación de las Constituciones del 1940 y le renuevan l petición de que la nueva Fundación sea denominada Orden del SS. Salvador; el 24 de abril de 1957 Madre Ricarda asiste a la muerte de la Beata Isabel, y un año después, el 3 de mayo de 1958 fue elegida primera Abadesa General después de la Fundadora, cargo que ocupó hasta 1964. Murió, con gran fama de santidad, el 26 de junio de 1966 en la casa de Plaza Farnese. Mujer de oración, de rasgos y de conducta amable, vivió constantemente en la meditación del misterio de Dios, che Única Luz, iluminaba el silencio de su oración y las interminables oras de Adoración; aceptó el sufrimiento y el dolor, dirigió la Orden en un tiempo dificil, pero siempre con amabilidad y prudencia, distinguiéndose como una buena maestra en el noviciado, superiora atenta y hermana amable. Como Madre General supo ensamblar la profecia de la Beata Isabel con los signos de la renovación del Concilio Vaticano II, que se concluía justamente el año antes de su muerte.


Oración por la Beatificación
De la Sierva de Dios
Madre Ricarda Beauchamp Hambrough, O. SS. S.
1887 - 1966

Te doy gracias, Señor,
porque has formado
en tu sierva Ricarda
un corazón simple y generoso,
capaz de una confianza total
y heroica adhesión a tu proyecto de vida.
Concédenos
a los que veneramos la memoria
seguir sus pasos,
para tenerla como hermana y abogada
junto al trono de tu misericordia.
Gloria al Padre ... 3 veces.



Para las gracias recibidas:
Curia Generalizia - Casa di Santa Brigida
Piazza Farnese 96 - 00186, Roma
Tel. 06 68892596
E-mail: econ.09@brigidine.org